Su belleza escénica y la serenidad se complementa con la disponibilidad de alojamiento excelente. Un lugar donde la arena blanca y la suave brisa del mar juegan con las olas. Cuenta con tres playas con forma de luna creciente separadas por afloramientos rocosos. Sus aguas poco profundas se extienden por cientos de metros y resultan perfectas para nadar y bucear.