Puerto Varas reúne la poesía de sus calles con rosales, con la plañidera emoción que ofrece el lago a través de su íntima bahía. El reflejo de la colonización alemana en las construcciones características, los cuidados jardines y los volcanes Osorno y Calbuco en el horizonte ofrecen la reafirmación de lo que fue, la inserción de distintas culturas en territorios difíciles y desolados, donde la naturaleza puso tal vez las mayores bellezas pero también sus grandes crudezas como desafío para el ser humano.