Quebec.


Segura de su encanto, un poco altanera, la Ciudad de Quebec conserva una gracia llena de sencillez que embelesa al turista. La ciudad lo tiene todo para agradar: un emplazamiento de ensueño sobre el río San Lorenzo, un patrimonio arquitectónico inestimable, un pasado rico en acontecimientos importantes y, sobre todo, un corazón desbordante de pasión que la anima desde hace cuatro siglos. Fue declarada por la UNESCO como “Joya del Patrimonio Mundial”.